Les cuento esto (doy por sentado que mi Googleanalytics no miente, que uds existen) porque mi breve historia con la Cancillería Argentina tiene algo de cuento de hadas peronista 2.0. Sin conocidos ni nada parecido en política, lancé una moneda al aire en forma de status de facebook para ver si mi grafo social podía decirme cómo aplicar a la benevolencia estatal (¡yo quería volar!). A mis invocaciones a la sabiduría de masas respondieron tres lectoras divinas -verdaderas hadas, con una compartíamos misiones secretas al perfil de Mike Amigorena-, que me escribieron pasándome los misteriosos teléfonos de un conmutador. Llamé con ilusión pero sin mucha esperanza, y dí con la joven Luciana Velloso, que me explicó con cordial elegancia los protocolos para hacer mi petición (¡volar!). Gracias a ellas fui, vencí, volví (jiji), y el otro día, las conocí... y así fue cómo el arco narrativo de la ternura peronista se cerró en la visión de esta representante del Estado que me sonreía encantadora y superchic del otro lado del escritorio, y su asistente Luciana, que ríe abajo simpatiquísima descubriendo su cuello de cisne.
4 comments:
No creo ser el único que piensa, al ver la foto de la compañera Luciana, celeste la camisa y blanca la sonrisa, que es la república del bicentenario hecha mujer.
Adónde habrá quedado aquella predilección por las alpargatas
Tu libro merece ser ¡volado!
Que siga su viaje , que siga su viaje.
(me encanta las interpreetaciones libres de prejuicios que leo que te han hecho en España.)
Nice people
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