Tuesday, March 1, 2011

Física

por Pola Oloixarac para Quimera

En su encantadora biografía de Su Eminencia Marshall McLuhan (el título es You know nothing of my work!), Douglas Coupland señala que el cerebro de Marshall recibía sangre fresca del corazón a través deno una sino dos arterias ubicadas en la base de su cráneo: un rasgo muy común en los gatos y muy poco común en los humanos. Marshall no era un hombre trivialmente conformado, y a lo largo del libro podemos seguir la biografía intelectual de quien, convencido anti-moderno, anti-negro, ultra-católico, misógino (intocado por librepensamiento grupal alguno) sería capaz de sobrevolar el presente para concentrarse en la descripción del futuro. Una de las intuiciones ateas de Marshall, al explorar el mundo caído, es que nos convertimos en lo que vemos: devenimos los instrumentos que creamos, es decir que en cierto lugar la iridiscencia de Dios se rompe y queda el universo solo, retroalimentándose de sus máquinas. La sociedad entre su hardware genético y el software mental le permitió descubrir patrones absteniéndose de juicios morales: combinando un horror flemático ante la debacle, dejó el espacio que ocupa la indignación en seres menos elevados para la dedicarse a proliferación de formas de vida escritas, teorías. Dios le había dado a Marshall y a sus compañeros de vocación un libro iluminado en el sentido medieval del término: hombre de Dios -con creces uno de los autores posmodernos más vilipendiados de su época-, Marshall creía que el mundo era un libro divino y no hay nada que no podamos entender, y que si fallamos es incapacidad propia. A Marshall le gustaba cierto autor, que según él “carecía de derivada y curva de tendencia”, porque conectaba directamente el siglo XVIII con el siglo XX como si la era victoriana no hubiera ocurrido jamás. Coupland escribe: “Lo mismo puede decirse de Marshall. El siglo xx iba a convertirse en una pesadilla que él desestimaría para unir el reino de Victoria y el reino de Google.”

El primer libro de Marshall fue La novia mecánica, en alusión a la obra de Marcel Duchamp La novia desnudada por sus pretendientes. Marshall daba letra a la balada de posguerra: la máquina ha seducido a la sociedad y se ha casado con ella. Este romance tendría hijos de
rasgos particulares: inbreeding de ideas calcadas de los reportes truncos de la ciencia, hijas deudoras de la pobre relación de los hombres con sus instrumentos. Por respeto a Marshall, que en 1979 tuvo un ataque cerebral y podía entender lo que veía pero no contestar, no vamos a extendernos aquí sobre las brumosas consecuencias estéticas que la física del siglo XX tuvo sobre el arte de zoológico a cargo de esas mismas minorías que a Marshall le importaban cero. Pero ¿y si la física estaba equivocada? ¿Y si esa estética era hija de un error de cálculo, un mal pensamiento sobre la sustancia del universo?

Garrett Lisi (calva con ristras rubias, ojos azules sonrientes) es un surfer físico que trabaja en uno de los objetos más complejos y hermosos formulados jamás. Para dedicarse a su criatura abandonó la academia y estuvo cuidando casas de amigos en Maui y el Lago Tahoe,
surfando en verano y esquiando en invierno. Como una nueva estirpe de ermitaño que declina las mieles becarias, vivió en una van un año sin retrete. Persigue la versión física del grial de la Gran Novela: un relato unificador que incorpore todas las fuerzas del universo en un único marco de signos matemáticos. A veces Garrett se sentía un loco, caminando por el muelle de Santa Mónica, en Los Angeles, esgrimiendo sus ecuaciones en voz alta. Garrett construyó su teoría como un outsider: una matemática artesanal, u
n estilo original de describir la gravedad, y un misterioso objeto supersimétrico conocido como E8, de simétricos pliegues interiores, danzas de partículas inimaginadas y donde todo (en apariencia) encaja: la teoría cuántica con la relatividad general. En una pequeña conferencia, Garrett explicaba la dinámica de sus partículas haciendo olitas en el aire. Garrett -y el mundo- espera que sus predicciones sean confirmadas por el Hadron; mientras, Garrett twittea cosas divertidas sobre sus archienemigos (“¡parece que los teóricos de las cuerdas no tendrán las superpartículas que pidieron para Navidad!”). Si los resultados dan, Garrett Lisi sumirá en el desconcierto la pesadilla en que fue sumida la belleza durante el siglo XX, y su nombre será hermano de Newton y Einstein.

Después de la conferencia fuimos a una fiesta de disfraces a unos kilómetros de la base, en una mansión rodeada de árboles y cascaditas a la Hugh Heffner donde alojaban a Garrett (volvería a Maui, donde consiguió una casita). El dresscode era sci-fi, y había varios visitantes del espacio exterior: uno era Grey Goo, el monstruo que es una hipótesis del fin del universo porque se replica a sí mismo fuera de control; yo iba a Diana de V Invasión Extraterrestre, aunque la imprudencia de los nerds más núbiles me tomó por Michael Jackson en Beat it. De funcionar la teoría de Garrett, ¿cuáles serán las consecuencias para el arte futuro?


(arriba, el avatar de Garrett Lisi en second life dentro de su E8; imbaixo, Garrett con Aubrey de Grey, el hombre barbudo que ha decidido conquistar la vida eterna)

10 comments:

NeoGrafo said...

"sesentía" (!!)

Anonymous said...

Cuándo vienes a Chile o ya estuviste a presentar tu libro? Aquí no se le ve en las librerías y todavía no me animo a comprarlo por Internet. Pero estando tan cerca,
Cómo no llevarse un ejemplar besado!

Anonymous said...

Esta es la hora alta en que los perros lloran
y la noche es inquieta como rumor en sueños,
como murmullos volcándose y dientes apretados
mientras se esconde la luna y un tiro puede sonar
descerrajando un cráneo, y muchos insomnes
vienen a sus máquinas para pasar el rato y despeinar
la vida, la hora alta en que las peores noticias
son traspasadas de pronto por el humor infinitamente
sabio de los animales que saben que un día serán cadáver.

Espavilado en la guerra social me lamento
de los años que pasaron y me pregunto para quién
fueron perdidos, y qué soy yo tras las cortinas
en un rincón de casa, juntando palabras para neutralizar
los errores del día imaginario, para trazar un poco
de aquello que llaman sentido, alguna señalización
entre las bombas de petróleo y las unidades móviles
que lo incineran alimentando la ciudad de miradas rápidas
como la mía -una época signada por el petróleo y por
las bolsas plásticas que vienen del petróleo, mayormente
abundante bajo la gran mezquita- con miradas montadas
como la mía, que ya no consiguen abrazar en el árbol o en la mujer
las intempestivas formas de la poesía, esa que aparece al doblar
la esquina de los barrios y ahora pasa tan rápido. La poesía se acabó
básicamente porque la mirada ya no sabe –ni puede- detenerse ahí
lo suficiente. Para sustituir esa carencia no tenemos sino lamentos
espasmódicos, quejas que van al ritmo torpe de los autos, visiones
de la velocidad, sin sentido ni aventura -no tenemos sino un oscuro
y fangoso registro de abstracciones, no la mentada plaza pública
ni la nutrida sobremesa, sino la velocidad vacía, el empobrecimiento
vampírico y electrónico de nuestras vidas módicas, cabalgando los años
y las drogas sobre mil caballos de fuerza.

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¿algo más glamoroso y entretenido ocupará el lugar vacío?. Afirma vd. Srta
Pola, que la juventud -que en lo personal ya me fue escamoteada- sabe muy bien
respirar y vibrar en el nuevo medio y hará de las suyas en el universo Web?
Digo: harán lo que es debido. Corregirán el mundo. Sabrán componerlo mejor
para esos 6 mil millones que no tienen Web.

Anonymous said...

Aubrey de Grey, hombre, no me dé la vida eterna, solo quiero más cabello!!!!

Anonymous said...

A propo: pronto bachilleratos en pelosofía...

Anonymous said...

y cuál era ese escritor que McLuhan
admiraba?

http://video.google.com/videoplay?docid=5470443898801103219#

????

Andrómeda Spock said...

un big bang psicodélico cromático..

Julio said...

No entiendo este blog. Dónde ME SE cayó la neurona.

Anonymous said...

Hola Pola,
el jueves pasado tuve la descortesia de no pedirte tu mail, y el descuido de darte mal el mio. Lo primero tiene justo castigo en su resultado. Lo segundo no creo que se redima remediandolo: falta una g antes de la @.

Espero que tu vuelta te depare butacas y compañeros de viaje mas simpaticos.

Y bienvenida a BRC (here there be dragons, como ya habras visto...)

Saludos.

Pola said...

haha, gracias! ya que estamos en este post de la ciencia vuestra, qué te parecen las ideas de garret?

vuelvo de brasil y te escribo -espero q correctamente!- para invitarlos, um beijo