No puedo evitar relacionar el gran robo de los Bernis con la saga de artistas conceptuales/piratas del asfalto que describió el maestro patafísico Rafael Cippolini en su magno "Arte, delito y electrodomésticos", publicado hace un par de años en Ramona. No encuentro el ejemplar, creo recordar con claridad que en "Arte..." un grupo de piratas del asfalto dibujaba en las paredes del container de los camiones robados dibujos de electrodomésticos, que luego robaba interceptando cargamentos de electrodomésticos (reponiendo el objeto real sobre su representación, es decir, jugando con la tensión de una representación que sólo se daba a través de la realización de un delito)... y me imaginaba que el gran robo de los Bernis era una etapa figurativa o una puesta en escena curatorial o un comentario sobre la historia del arte argentino de estos singulares artistas conceptuales/piratas del asfalto disfrazados de policías del conurbano que, en una operación de 3 hombres, un fiat Gol y un camión, se hicieron con (reificaron, en sus manos) 15 obras del maestro del arte argentino que supo representar en la tela a los pobres, los marginales, los ladrones.
Tuesday, July 29, 2008
Monday, July 28, 2008
New blog orquideáceo!
en orquídea party
diario online de mi colección de orquídeas
espectáculo del yo vegetal al desnudo
pronto, live streaming de esta geña
diario online de mi colección de orquídeas
espectáculo del yo vegetal al desnudo
pronto, live streaming de esta geña
Friday, July 25, 2008
Sobre estética teen
Se suele mencionar la invasión de gente "amateur" haciendo el trabajo que antes hacían los verdaderos artistas. Así, antes teníamos Dylans, Elvises, y de pronto tenemos Tilas Tequilas, american idol, etc. Dylan, como Jenna Jameson, pasa a ser un clásico de una época dorada, artesanal, que ahora aplaude a la sexión "amateur" de pornostars. Que esta época se caracteriza porque cualquiera es productor de ficción, cualquiera toma el papel de artista.
Mi argumento en contra es: la naturaleza de la música pop es que la cante cualquiera. El pop nace bajo el signo del cualquiera. El pop existe bajo la premisa de que la audiencia "participa" de una manera íntima con la música, y se hace parte de ella en el proceso de escucharla. Pasar a producirla es mantener vivo el virus. El proceso de organización mundial del pop se inicia con dos tipos de remixes de Marylin: uno es el de Warhol, el otro es el de Maddona.
Así, el ultra símbolo de la belleza legendaria, muerta, tiene que perdurar bajo el signo del cualquiera. Lo que se neutraliza es el efecto "tragedia" de esa belleza: se la deja existir separada de su contenido moral. Acá la belleza de la divina máxima se traduce a los movimientos de enana ninfómana de Louise Verónica Ciccone. Behold:
Tanto como público, como siendo "voces de una generación", la música pop es popular en el sentido en el que la democracia es democrática: implica la participación de mucha gente, aunque no se pueda decir que para lograr un resultado necesariamente provechoso.
Esto se refuerza cuando vemos que artes no-pop, artes tradicionalmente elitistas, como la ópera, no se pauperizan con la llegada de estos tiempos. Son capaces de brindar versiones teen de música grandiosa, como esta "Una voce poco fa" de Rossini, aria archicantada, y su versión teenage drama queen en Leipzig:
Es divina, su Rosina elonga en jogging. Quizás su interpretación del lavado de dientes es demasiado realista para mi gusto (se nota la diferencia en la voz cuando retoma). Pero sus arreglos en las coloraturas están muy buenos, y vale la pena escucharla y comparar con versiones más exactas como la de Maria Callas. (Notad que La Divina detesta al director y le dedica una mirada de mala malísima al final.)
El pop está en el cuerpo, y la única aristocracia posible es hacer las cosas con el máximo encanto, como esta versión de Heath Ledger en la versión teen de la Fierecilla Domada de Shakespeare, lo incomparablemente trágico es que esté muerto:
Mi argumento en contra es: la naturaleza de la música pop es que la cante cualquiera. El pop nace bajo el signo del cualquiera. El pop existe bajo la premisa de que la audiencia "participa" de una manera íntima con la música, y se hace parte de ella en el proceso de escucharla. Pasar a producirla es mantener vivo el virus. El proceso de organización mundial del pop se inicia con dos tipos de remixes de Marylin: uno es el de Warhol, el otro es el de Maddona.
Así, el ultra símbolo de la belleza legendaria, muerta, tiene que perdurar bajo el signo del cualquiera. Lo que se neutraliza es el efecto "tragedia" de esa belleza: se la deja existir separada de su contenido moral. Acá la belleza de la divina máxima se traduce a los movimientos de enana ninfómana de Louise Verónica Ciccone. Behold:
Tanto como público, como siendo "voces de una generación", la música pop es popular en el sentido en el que la democracia es democrática: implica la participación de mucha gente, aunque no se pueda decir que para lograr un resultado necesariamente provechoso.
Esto se refuerza cuando vemos que artes no-pop, artes tradicionalmente elitistas, como la ópera, no se pauperizan con la llegada de estos tiempos. Son capaces de brindar versiones teen de música grandiosa, como esta "Una voce poco fa" de Rossini, aria archicantada, y su versión teenage drama queen en Leipzig:
Es divina, su Rosina elonga en jogging. Quizás su interpretación del lavado de dientes es demasiado realista para mi gusto (se nota la diferencia en la voz cuando retoma). Pero sus arreglos en las coloraturas están muy buenos, y vale la pena escucharla y comparar con versiones más exactas como la de Maria Callas. (Notad que La Divina detesta al director y le dedica una mirada de mala malísima al final.)
El pop está en el cuerpo, y la única aristocracia posible es hacer las cosas con el máximo encanto, como esta versión de Heath Ledger en la versión teen de la Fierecilla Domada de Shakespeare, lo incomparablemente trágico es que esté muerto:
Wednesday, July 23, 2008
Papafrita is going down
Las dos últimas super ideas de McCain para la campaña contra Barack "Chocolatito" Obama son:
1. Un video sobre "cómo los medios están enamorados de Obama", con música de Frankie Valli. Periodistas confiesan que escuchar Obama les descontrola las feromonas, y entre ellos hay... periodistas republicanos, también enamorados de Obama! Muy extraño. Es como admitir que siente celos, y reiterar que es viejo, que le gusta Frankie Valli.
2. Contrató a un gordo nuevo al que llama "Sargent" Schmidt, ex empleado de Bush y Schwarzenneger, que dicen que cuando se enoja, le sangra la nariz.
La combinación de estas ideas muestra que cuando caen las asociaciones negro=malo, obama=osama, terrorista=gay (grupo semántico conocido como "la estrategia sureña", retórica de Bushs y Clintons), emergen con ímpetu las duplas gordo=malo, pelado=malo, viejo=malo, gordo=freak. Que el gordo sangre por la nariz enojado es ideal porque recuerda a Le Chiffre, trocando los ojos por la nariz, el hogar de los mocos: i.e. un orificio más indigno, más divertido, más semánticamente hermano de la noción "gordo".
Así, al milagro de la multiplicación de las bombachas sigue el milagro de la sustitución de los adjetivos. Que la estética sea la ética... sólo un esfuerzo más para ser verdadero demócratas!!!
(frase del final sponsoreada por Dalmiro Sáenz y Marqués de Sade)
1. Un video sobre "cómo los medios están enamorados de Obama", con música de Frankie Valli. Periodistas confiesan que escuchar Obama les descontrola las feromonas, y entre ellos hay... periodistas republicanos, también enamorados de Obama! Muy extraño. Es como admitir que siente celos, y reiterar que es viejo, que le gusta Frankie Valli.
2. Contrató a un gordo nuevo al que llama "Sargent" Schmidt, ex empleado de Bush y Schwarzenneger, que dicen que cuando se enoja, le sangra la nariz.
La combinación de estas ideas muestra que cuando caen las asociaciones negro=malo, obama=osama, terrorista=gay (grupo semántico conocido como "la estrategia sureña", retórica de Bushs y Clintons), emergen con ímpetu las duplas gordo=malo, pelado=malo, viejo=malo, gordo=freak. Que el gordo sangre por la nariz enojado es ideal porque recuerda a Le Chiffre, trocando los ojos por la nariz, el hogar de los mocos: i.e. un orificio más indigno, más divertido, más semánticamente hermano de la noción "gordo".
Así, al milagro de la multiplicación de las bombachas sigue el milagro de la sustitución de los adjetivos. Que la estética sea la ética... sólo un esfuerzo más para ser verdadero demócratas!!!
(frase del final sponsoreada por Dalmiro Sáenz y Marqués de Sade)
Tuesday, July 22, 2008
Monday, July 21, 2008
Nuevo vídeo de Sister Gizmo!
Sister Gizmo son Ana (la videasta), Pablo, Luisma y la divina de Josi, en guitars y voz, con quien bailé cataratas de roxette y hermanos jackson y esta cumbia geñal el viernes en el nuevo bolichito de miss dañela luna:
Sunday, July 20, 2008
dear raphael,
yo me refería a la clasificación que hacías a partir del surgimiento del net-art: donde se contraponía (1) alguien que juega con un lenguaje sin que tenga consecuencias más allá de su impacto en sí mismo, y/o un impacto inofensivo en los demás, (2) alguien que juega con consecuencias que se dan en un más allá de sí mismo, particularmente en la propiedad ajena. a partir de esta idea vos analizabas que el conjunto (1), "hacker", englobaba a seres de un lado del mundo online y del otro, que sí podían aspirar al tipo de reconocimiento del "arte", y fuera quedaban el conjunto (2), compuesto por criollitas, mediatarde y otras galletitas crackers. entonces, por una parte, mi comentario es que esa separación implica una manera de tomar la autonomía del arte (en el sentido del criterio de lo que define lo que tiene chances de ser arte) en sentido moral, que me parece que trae problemas.
fuera de eso, me parece que partir de la separación de los ámbitos online y offline trae varios issues. la veo parecido a la separación cuerpo-mente, materia-espíritu que durante siglos parecía una tecnología funcional para la discusión en filosofía... siempre y cuando tratáramos de superarla.
en rigor, los ámbitos online y offline no son muy diferentes: en second life, en todas partes del cyberespacio, siempre que haya personas, se trata de personas y vulnerabilidades comunicándose. el ciberespacio nos hace tomar más conciencia de nuestra propia existencia totalmente ficcional, si bien esta existencia ya se daba así –sólo que no teníamos la posibilidad de conocernos más a través de ella, como ahora tenemos. entonces el ciberespacio es una ventaja hermenéutica, pero para poder conocer mejor nuestras propias relaciones con el arte y sus instituciones, por ejemplo. quizás me equivoque, pero me parece imposible que no haya un traslado de la institución arte al mundo online –después de todo, es nuestro mundo, con la única diferencia de que no podemos morir naturalmente en él. (sí dos días después, como ya ocurrió con jugador de massive multiplayers al que le mataron a su personaje y fue dos días después a partirle la cabeza offline al jugador que "lo asesinó antes").
entonces esta muerte diferida, no prometida del mundo online desata nuestras capacidades ficcionales como torbellinos, pero justamente porque pone de manifiesto –con la objetividad que aprendimos a conceder sólo a la máquinas- la vulnerabilidad de nuestras relaciones con los demás. mi experiencia de los demás es mucho más íntima online, justamente porque puedo establecer registros permanentes de todos mis intercambios –justamente porque existe una memoria digital, objetiva, del mundo.
¿y dónde está la ficción, que solía oponerse a la existencia objetiva, constatable, del mundo? estas sensaciones, que sólo se dan en la intimidad de nuestro cerebro, pasan a ser la ficción irreductible. porque no pueden reducirse a ningún entorno, que no pueden traducirse, comunicarse –son las únicas ficciones absolutas. el resto son máscaras, cada vez más hiperreales.
----trackback de la discusión aquí, aquí y aquí y aquí y aquí y aquí
fuera de eso, me parece que partir de la separación de los ámbitos online y offline trae varios issues. la veo parecido a la separación cuerpo-mente, materia-espíritu que durante siglos parecía una tecnología funcional para la discusión en filosofía... siempre y cuando tratáramos de superarla.
en rigor, los ámbitos online y offline no son muy diferentes: en second life, en todas partes del cyberespacio, siempre que haya personas, se trata de personas y vulnerabilidades comunicándose. el ciberespacio nos hace tomar más conciencia de nuestra propia existencia totalmente ficcional, si bien esta existencia ya se daba así –sólo que no teníamos la posibilidad de conocernos más a través de ella, como ahora tenemos. entonces el ciberespacio es una ventaja hermenéutica, pero para poder conocer mejor nuestras propias relaciones con el arte y sus instituciones, por ejemplo. quizás me equivoque, pero me parece imposible que no haya un traslado de la institución arte al mundo online –después de todo, es nuestro mundo, con la única diferencia de que no podemos morir naturalmente en él. (sí dos días después, como ya ocurrió con jugador de massive multiplayers al que le mataron a su personaje y fue dos días después a partirle la cabeza offline al jugador que "lo asesinó antes").
entonces esta muerte diferida, no prometida del mundo online desata nuestras capacidades ficcionales como torbellinos, pero justamente porque pone de manifiesto –con la objetividad que aprendimos a conceder sólo a la máquinas- la vulnerabilidad de nuestras relaciones con los demás. mi experiencia de los demás es mucho más íntima online, justamente porque puedo establecer registros permanentes de todos mis intercambios –justamente porque existe una memoria digital, objetiva, del mundo.
¿y dónde está la ficción, que solía oponerse a la existencia objetiva, constatable, del mundo? estas sensaciones, que sólo se dan en la intimidad de nuestro cerebro, pasan a ser la ficción irreductible. porque no pueden reducirse a ningún entorno, que no pueden traducirse, comunicarse –son las únicas ficciones absolutas. el resto son máscaras, cada vez más hiperreales.
----trackback de la discusión aquí, aquí y aquí y aquí y aquí y aquí
Friday, July 18, 2008
Orquídea Tigra
Con ustedes, mi híbrida Colmanara Wildcat --la orquídea tigre.Dos pétalos y tres sépalos en amarillo mostaza con manchas leopardinas, y abajo el labio. Sobre el labio, sube un cuerpo calloso --es el centro amarillo al acercarse a la columna, que tiene la punta redondeada en color vino, y si tuviera una cámara con macro podrían ver las pequeñas protuberancias que surgen de los bordes, como un axolotl en miniatura. Aquí de perfil, las ven?
El cuerpo calloso, debajo de la columna, es otro rasgo exquisito de estas orquídeas; en las Colmanaras tiene protuberancias dentadas irregulares y una coloración un tono más bajo que los pétalos. Por ejemplo en éstas el callo es amarillísimo, partido en surco; y en éstas es púrpura oscuro y super duro; todo según la paleta escogida por la orquídea. El plan divino es que venga una avispa rubia a frotarse contra la columna (que es una unidad de estambres y pistilo, de masculino y femenino, en otras especies no orquideáceas aparecen trivialmente separados, je); la orquídea concentra en un sector todo lo que es reproducción, y el resto es seducción, valses, galanteo. Así estaba hace diez días:
El invierno pasado se contuvo las flores y ahora explotó hace dos días, es tan hermosa!!!!!!
El cuerpo calloso, debajo de la columna, es otro rasgo exquisito de estas orquídeas; en las Colmanaras tiene protuberancias dentadas irregulares y una coloración un tono más bajo que los pétalos. Por ejemplo en éstas el callo es amarillísimo, partido en surco; y en éstas es púrpura oscuro y super duro; todo según la paleta escogida por la orquídea. El plan divino es que venga una avispa rubia a frotarse contra la columna (que es una unidad de estambres y pistilo, de masculino y femenino, en otras especies no orquideáceas aparecen trivialmente separados, je); la orquídea concentra en un sector todo lo que es reproducción, y el resto es seducción, valses, galanteo. Así estaba hace diez días:
El invierno pasado se contuvo las flores y ahora explotó hace dos días, es tan hermosa!!!!!!
Monday, July 14, 2008
Arte, autonomía y hackers en el mundo online
Al comienzo del seminario de Ciberculturas Cippolini planteó una idea muy interesante: ¿vale la pena trasladar la institución del arte a las redes de Internet? ¿Es posible, y cómo podría hacerse?
El primer acercamiento tuvo que ver con distinguir hackers de crackers. Hackers podrían ser artistas, online u offline. Crackers serían otra cosa; galletitas malas del tarro, no se encontrarían bendecidos por la institución del arte, no serían “artistas". Discutimos un poco en el Rojas, discutimos un poco acá, y luego Cippolini retomó el asunto aquí.
Esta distinción entre seres buenos y malos trae un problema complicado, porque se parte de una distinción moral para determinar que es arte y qué no –ubicada en quien lo hace, en sus buenas o malas intenciones. Eso es totalmente contrario a la noción de autonomía del arte como aparece en Kant (la obra de arte se da en un ámbito propio, que no es el la moralidad y tampoco es el de los juicios científicos –los juicios estéticos y sus objetos son autónomos en relación a los demás). De Kant hasta acá, en el mundo del arte offline sería totalmente impensable que se le recusara la categoría de artista a alguien por “inmoral”. Al contrario: las biografías de artistas malditos suelen poner en evidencia esta preeminencia de la obra sobre la moralidad de la vida, como si el artista genial encarnara justamente la autonomía del arte –viviendo de manera separada de la moral que sí atañe al resto de los seres sociales.
En esta autonomía crece la esfera del arte como elite constelada que, como ha ocurrido con las prerrogativas de todas las élites históricas, viene a ser reclamada, invadida, arrebatada por las masas. Es en esta lucha de poderes, de lugares de quien se arroga el derecho de estar más allá del bien y del mal, que se da la proliferación de ficciones y producciones que vemos en internet y los medios, desde youtube a los reality shows –rompiendo el plácido circuito del artista del siglo XIX y XX donde había arraigado la autonomía como triunfo y autoalabanza.
Entonces, volvamos a nuestra pregunta sobre el traslado de la institución del arte al mundo online. ¿Podemos llevarlo a cabo este traslado así, desconociendo las reglas básicas de la autonomía del arte? ¿No es acaso contradictorio? ¿Y si lo hacemos, no deberíamos recusar esta autonomía en el mundo del arte offline también?
Creo que estamos muy lejos de esto último, y el síntoma más explosivo de esto se dio hace unos meses a raíz del "Affair Iuso". Me parece interesante traerlo a colación, porque tanto el seminario de Ciberculturas como esa acción tuvieron al Rojas como anfitrión.
Hubo, a grandes rasgos, dos posiciones. La posición gremial del mundo del arte mantuvo que el artista tiene como misión la provocación, y que toda obra de arte debe ser comprendida como tal, es decir, en su ficcionalidad entendida como ajena al mundo de la ley (el argumento de la autonomía). La otra posición, digámosle la del público, criticó la perfomance y defendió su reacción como parte del espectáculo –como contraparte, contra-libro de la situación generada. La interpretación que en mi opinión es la más interesante, es que la perfomance de Iuso había sido un éxito justamente gracias a la reacción moral del público –primero, porque demostró la efectividad de la provocación, y porque el juego con los límites de la realidad y la ficción tenía como correlato urgente algo que también se encaramaba al límite o no de la autonomía del arte. Extrañamente, la reacción gremial del mundo del arte se limitó a acusar de ignorantes al público, exhibiendo el supuesto principal de la autonomía: la autonomía registra como una casta separada de la ley al artista y sus producciones, y espera del público una conducta disciplinada ante las mismas. Esto es similar a la situación de las vanguardias políticas foquistas: es la casta iluminada, la elite que llevará adelante el trabajo de la palabra, que exige y da por sentado la existencia de una masa dócil, un grupo grisáceo (el público, el pueblo) en cuyo interés está el adherirse a las visiones maravillosas, la apertura libertaria, el señalamiento artístico brindado por la élite.
Es un asunto espinoso. Volviendo al traslado de la institución del arte al mundo online: ¿vale la pena partir de una distinción moral? ¿No estamos encerrándonos demasiado? Mi hipótesis es que detrás de la distinción léxica entre hacker y cracker, no hay nada. Rien, néant, personne. Todo hacker sabe que puede crackear lo que sea capaz de crackear: en el momento en el que crackea un banco, no es un cracker, ni siquiera una galletita: es un ladrón. Y punto. Hackear y crackear son verbos: no son entidades ontológicas, seres definidos por un estar de un lado del bien o del lado del mal. No hay autonomía del hacker en esto: un delito es un delito –el buen hacker tratará de salirse con la suya y evitar un rollo legal. Y si lo atrapan, quizás sepa que de nada sirve explicar “fue todo una ficción”, porque esa distinción carecerá de sentido.
Un ejemplo excelente es el de Fabricio Caiazza e Inés Martino, de Compartiendo Capital, cuando contaban de qué manera habían burlado del sistema de cable, creando una "empresa" de cable ilegal y poniendo en letra chica “esto fue hecho con fines artísticos”. La autonomía del arte como letra chica legal –es también una burla a la autonomía del arte como fue concebida en sus inicios. En ellos, el hackerismo me parece clarísimo, porque toma una tecnología estratégica del arte y la vuelve contra sí mismo –pasando por un acción contra el capital.
Trasladar, o no, la institución del arte al mundo online estará referido a las posibilidades de acciones que, en sí mismas, lleven consigo intenciones o señalamientos, creaciones y cúmulos de pensamientos que analicen, quiebren o imiten nuestras concepciones sobre el mundo en el que vivimos, sobre la tecnología que consumimos, sobre cómo la consumimos. Así, nada me parece más cercano a una evolución del arte conceptual en su peligrosidad, en su accionar de fantasma, que los virus informáticos.
Me parece que, justamente, porque su manera de “darse como arte” es artera a la noción de arte, que se instalan como una cuña, como un estar y no estar, como un darse y no darse de la obra que me hace pensar en una teoría estética del accionar del fantasma (pienso en Sloterdijk, en Derrida), una teoría de la obra de arte que funciona no como una presencia (presencia de la obra, presencia del museo y la obra en él, presencia de una casta que aclara y justiprecia esta presencia), sino como algo que habita el mundo, algo que habita nuestra vulnerabilidad, y está asociado a algo que no podemos controlar.
Creo que estamos en la primera fase de una situación super interesante. Quizás, con el malware, nuestras computadoras nos llevarán a ser parte de acciones artísticas claves en teatros de guerra alrededor del mundo. De hecho, creo que si vamos a seguir participando de acontecimientos artísticos, lo haremos gracias a bits de malware (virus que tenemos, y no sabemos) que nos llevarán a formar parte de señalamientos, ataques y acciones donde una Idea organiza una representación.
Esto mantiene el problema de la élite de vanguardia, en su uso de un conjunto grisado de gentes (computadoras) que hacen cosas sin apelar realmente a su voluntad. Pero es quizás por esto que se impone una revisión de las categorías de obra total, donde el público tenga una incidencia que no es meramente la de completar un sentido, la de ser una percepción con la responsabilidad de completar u organizar un sentido, según una conducta adecuadamente dócil (que varía entre alabanza, curiosidad, indiferencia), sino la de incidir sobre una escena moral donde hay una razón comunicativa por sobre toda otra institución –donde es el caos de las personas, su indisciplina y descontrol, y no las instituciones, lo que lleva la voz cantante.
La materia fundante del mundo nativo online.
El primer acercamiento tuvo que ver con distinguir hackers de crackers. Hackers podrían ser artistas, online u offline. Crackers serían otra cosa; galletitas malas del tarro, no se encontrarían bendecidos por la institución del arte, no serían “artistas". Discutimos un poco en el Rojas, discutimos un poco acá, y luego Cippolini retomó el asunto aquí.
Esta distinción entre seres buenos y malos trae un problema complicado, porque se parte de una distinción moral para determinar que es arte y qué no –ubicada en quien lo hace, en sus buenas o malas intenciones. Eso es totalmente contrario a la noción de autonomía del arte como aparece en Kant (la obra de arte se da en un ámbito propio, que no es el la moralidad y tampoco es el de los juicios científicos –los juicios estéticos y sus objetos son autónomos en relación a los demás). De Kant hasta acá, en el mundo del arte offline sería totalmente impensable que se le recusara la categoría de artista a alguien por “inmoral”. Al contrario: las biografías de artistas malditos suelen poner en evidencia esta preeminencia de la obra sobre la moralidad de la vida, como si el artista genial encarnara justamente la autonomía del arte –viviendo de manera separada de la moral que sí atañe al resto de los seres sociales.
En esta autonomía crece la esfera del arte como elite constelada que, como ha ocurrido con las prerrogativas de todas las élites históricas, viene a ser reclamada, invadida, arrebatada por las masas. Es en esta lucha de poderes, de lugares de quien se arroga el derecho de estar más allá del bien y del mal, que se da la proliferación de ficciones y producciones que vemos en internet y los medios, desde youtube a los reality shows –rompiendo el plácido circuito del artista del siglo XIX y XX donde había arraigado la autonomía como triunfo y autoalabanza.
Entonces, volvamos a nuestra pregunta sobre el traslado de la institución del arte al mundo online. ¿Podemos llevarlo a cabo este traslado así, desconociendo las reglas básicas de la autonomía del arte? ¿No es acaso contradictorio? ¿Y si lo hacemos, no deberíamos recusar esta autonomía en el mundo del arte offline también?
Creo que estamos muy lejos de esto último, y el síntoma más explosivo de esto se dio hace unos meses a raíz del "Affair Iuso". Me parece interesante traerlo a colación, porque tanto el seminario de Ciberculturas como esa acción tuvieron al Rojas como anfitrión.
Hubo, a grandes rasgos, dos posiciones. La posición gremial del mundo del arte mantuvo que el artista tiene como misión la provocación, y que toda obra de arte debe ser comprendida como tal, es decir, en su ficcionalidad entendida como ajena al mundo de la ley (el argumento de la autonomía). La otra posición, digámosle la del público, criticó la perfomance y defendió su reacción como parte del espectáculo –como contraparte, contra-libro de la situación generada. La interpretación que en mi opinión es la más interesante, es que la perfomance de Iuso había sido un éxito justamente gracias a la reacción moral del público –primero, porque demostró la efectividad de la provocación, y porque el juego con los límites de la realidad y la ficción tenía como correlato urgente algo que también se encaramaba al límite o no de la autonomía del arte. Extrañamente, la reacción gremial del mundo del arte se limitó a acusar de ignorantes al público, exhibiendo el supuesto principal de la autonomía: la autonomía registra como una casta separada de la ley al artista y sus producciones, y espera del público una conducta disciplinada ante las mismas. Esto es similar a la situación de las vanguardias políticas foquistas: es la casta iluminada, la elite que llevará adelante el trabajo de la palabra, que exige y da por sentado la existencia de una masa dócil, un grupo grisáceo (el público, el pueblo) en cuyo interés está el adherirse a las visiones maravillosas, la apertura libertaria, el señalamiento artístico brindado por la élite.
Es un asunto espinoso. Volviendo al traslado de la institución del arte al mundo online: ¿vale la pena partir de una distinción moral? ¿No estamos encerrándonos demasiado? Mi hipótesis es que detrás de la distinción léxica entre hacker y cracker, no hay nada. Rien, néant, personne. Todo hacker sabe que puede crackear lo que sea capaz de crackear: en el momento en el que crackea un banco, no es un cracker, ni siquiera una galletita: es un ladrón. Y punto. Hackear y crackear son verbos: no son entidades ontológicas, seres definidos por un estar de un lado del bien o del lado del mal. No hay autonomía del hacker en esto: un delito es un delito –el buen hacker tratará de salirse con la suya y evitar un rollo legal. Y si lo atrapan, quizás sepa que de nada sirve explicar “fue todo una ficción”, porque esa distinción carecerá de sentido.
Un ejemplo excelente es el de Fabricio Caiazza e Inés Martino, de Compartiendo Capital, cuando contaban de qué manera habían burlado del sistema de cable, creando una "empresa" de cable ilegal y poniendo en letra chica “esto fue hecho con fines artísticos”. La autonomía del arte como letra chica legal –es también una burla a la autonomía del arte como fue concebida en sus inicios. En ellos, el hackerismo me parece clarísimo, porque toma una tecnología estratégica del arte y la vuelve contra sí mismo –pasando por un acción contra el capital.
Trasladar, o no, la institución del arte al mundo online estará referido a las posibilidades de acciones que, en sí mismas, lleven consigo intenciones o señalamientos, creaciones y cúmulos de pensamientos que analicen, quiebren o imiten nuestras concepciones sobre el mundo en el que vivimos, sobre la tecnología que consumimos, sobre cómo la consumimos. Así, nada me parece más cercano a una evolución del arte conceptual en su peligrosidad, en su accionar de fantasma, que los virus informáticos.
Me parece que, justamente, porque su manera de “darse como arte” es artera a la noción de arte, que se instalan como una cuña, como un estar y no estar, como un darse y no darse de la obra que me hace pensar en una teoría estética del accionar del fantasma (pienso en Sloterdijk, en Derrida), una teoría de la obra de arte que funciona no como una presencia (presencia de la obra, presencia del museo y la obra en él, presencia de una casta que aclara y justiprecia esta presencia), sino como algo que habita el mundo, algo que habita nuestra vulnerabilidad, y está asociado a algo que no podemos controlar.
Creo que estamos en la primera fase de una situación super interesante. Quizás, con el malware, nuestras computadoras nos llevarán a ser parte de acciones artísticas claves en teatros de guerra alrededor del mundo. De hecho, creo que si vamos a seguir participando de acontecimientos artísticos, lo haremos gracias a bits de malware (virus que tenemos, y no sabemos) que nos llevarán a formar parte de señalamientos, ataques y acciones donde una Idea organiza una representación.
Esto mantiene el problema de la élite de vanguardia, en su uso de un conjunto grisado de gentes (computadoras) que hacen cosas sin apelar realmente a su voluntad. Pero es quizás por esto que se impone una revisión de las categorías de obra total, donde el público tenga una incidencia que no es meramente la de completar un sentido, la de ser una percepción con la responsabilidad de completar u organizar un sentido, según una conducta adecuadamente dócil (que varía entre alabanza, curiosidad, indiferencia), sino la de incidir sobre una escena moral donde hay una razón comunicativa por sobre toda otra institución –donde es el caos de las personas, su indisciplina y descontrol, y no las instituciones, lo que lleva la voz cantante.
La materia fundante del mundo nativo online.
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Thursday, July 10, 2008
Furtwaengler
Acá Furtwaengler conduce una versión soberbia del final de la 9na Sinfonía de Beethoven, su especialidad. La grabación es formidable: hay cameos deliberados de Goebbels, heridos de guerra, se trata de cantarle el felizcumpleaños a hitler; el estilo de la conducción es único, descabellado, hipnótico, explosivo, con una lína de voces muy libres y gran amor por las sopranos, que decididamente influenció a von Karajan (Karajan incluso se casó con una soprano). Furtwaengler había sido muy crítico del régimen nazi, sobre todo cuando le prohibieron conducir Paul Hindemith, que era entartete Kunst (espero que Su Inminencia apruebe este sintagma), por lo que renunció a su puesto en la Opera de Berlín en 1934. Furtwaengler había hecho su carrera durante la Weimar Republik, estaba en la cima para cuando llegaron los nazis. Todo indicaba que se mudaría a New York a conducir la Filarmónica; pero Goring le tendió una trampa y publicó que Furtwaengler quería retomar su puesto en Berlín, con lo que los yankis le dieron la espalda. Se quedó durante toda la guerra, hasta que en 1944, Albert Speer le confirma que las chances alemanas de ganar son nulas, y Furtwaengler escapa a Suiza. Ya es tarde: al término de la guerra, las chances de triunfar a escala mundial de Furtwaengler son nulas. Declaró:
Yo sabía que Alemania se encontraba en una terrible crisis; me sentía responsable por la música alemana, y que era mi misión el sobrevivir a esta crisis, del modo que se pudiera. La preocupación de que mi arte fuera mal usado como propaganda ha de ceder a la gran preocupación de que la música alemana debía ser preservada, que la música debía ser ofrecida al pueblo alemán por sus propios músicos. Este público, compatriota de Bach y Beethoven, de Mozart y Schubert, aun teniendo que vivir bajo el control de un régimen obsesionado con la guerra total. Nadie que no haya vivido aquí en aquellos días posiblemente pueda juzgar cómo eran las cosas.
¿Acaso Thommas Mann realmente cree que en la Alemania de Himmler a uno no le debería ser permitido tocar a Beethoven? Quizás no lo haya notado, pues la gente lo necesitaba más que nunca, nunca antes anhelaba tanto oír a Beethoven y a su mensaje de libertad y amor humano, que precisamente estos alemanes, que vivieron bajo el terror de Himmler. No me pesa haberme quedado con ellos.
Acá Furtwaengler conduce nada menos que a la Kirsten Flagstad, una de las más enormes Isoldes de todos los tiempos:
Yo sabía que Alemania se encontraba en una terrible crisis; me sentía responsable por la música alemana, y que era mi misión el sobrevivir a esta crisis, del modo que se pudiera. La preocupación de que mi arte fuera mal usado como propaganda ha de ceder a la gran preocupación de que la música alemana debía ser preservada, que la música debía ser ofrecida al pueblo alemán por sus propios músicos. Este público, compatriota de Bach y Beethoven, de Mozart y Schubert, aun teniendo que vivir bajo el control de un régimen obsesionado con la guerra total. Nadie que no haya vivido aquí en aquellos días posiblemente pueda juzgar cómo eran las cosas.
¿Acaso Thommas Mann realmente cree que en la Alemania de Himmler a uno no le debería ser permitido tocar a Beethoven? Quizás no lo haya notado, pues la gente lo necesitaba más que nunca, nunca antes anhelaba tanto oír a Beethoven y a su mensaje de libertad y amor humano, que precisamente estos alemanes, que vivieron bajo el terror de Himmler. No me pesa haberme quedado con ellos.
Acá Furtwaengler conduce nada menos que a la Kirsten Flagstad, una de las más enormes Isoldes de todos los tiempos:
Tuesday, July 8, 2008
Vuelta a la ciencia de garage.
Antes de la formación de una fuerza de trabajo sistematizada, rentada, jerárquica, descomunal, como es la ciencia ahora más o menos a partir del fabuloso contexto de colaboración que se dio en Manhattan Project (hacedores de la bomba atómica), el ideal científico era la ciencia garagera. Esto es, antes de la politización de la ciencia como vector de dominio de los países avanzados; antes de que la ciencia se convirtiera en la vanguardia de la política y el capital.
Pequeños nerds que vivían una vida aislada, unidos al calor de sus máquinas en invierno, anotando demencias en sus cuadernitos; científicos que eran lords y hacían descubrimientos en los laboratorios que habían construido en sus castillos: fundamentos del "científico loco", que es una figura totalmente vintage en el sistema actual. Hasta hoy!!! Hay un concurso para inventar nuevas formas de vida... no es maravilloso? Pueden ser seres de tres ojos, o bacterias capaces de reconstruir tu tejido vascular o limpiarte los riñones, o chapotear en líquido amniótico. El deadline es Sept 9. Más fantástico aún es que en el jurado se halla, entre las eminencias profesorales, el developer de Spore, el mejor juego desde el caldo primigenio de Pangea!!!!!!!!!
Yo quiero hacer lo mismo, pero con nuevos organismos filosóficos. Pasamos tanto tiempo frente a la computadora como Kant frente a sus escritos: nuestras retinas están entrenadas, a nada temen. El mundo es pura condición de posibilidad. Si tienen una teoría formidable, una tesis y una escritura, chiflen.
Pequeños nerds que vivían una vida aislada, unidos al calor de sus máquinas en invierno, anotando demencias en sus cuadernitos; científicos que eran lords y hacían descubrimientos en los laboratorios que habían construido en sus castillos: fundamentos del "científico loco", que es una figura totalmente vintage en el sistema actual. Hasta hoy!!! Hay un concurso para inventar nuevas formas de vida... no es maravilloso? Pueden ser seres de tres ojos, o bacterias capaces de reconstruir tu tejido vascular o limpiarte los riñones, o chapotear en líquido amniótico. El deadline es Sept 9. Más fantástico aún es que en el jurado se halla, entre las eminencias profesorales, el developer de Spore, el mejor juego desde el caldo primigenio de Pangea!!!!!!!!!
Yo quiero hacer lo mismo, pero con nuevos organismos filosóficos. Pasamos tanto tiempo frente a la computadora como Kant frente a sus escritos: nuestras retinas están entrenadas, a nada temen. El mundo es pura condición de posibilidad. Si tienen una teoría formidable, una tesis y una escritura, chiflen.
Saturday, July 5, 2008
Thursday, July 3, 2008
Marlene y Lauren
Primeros experimentos hacia la fatalidad no-tuberculosa, no vampírica: historia de una femme fatale donde la hombrera acompaña progresivamente un tono de voz. Si la Segunda Guerra Mundial define el estilo masculinizante de la silueta del soldado (marcando una cintura en contraste con la espalda delineada y poderosa) aquí el movimiento va de la cintura hacia los hombros (atributo reservado a la fuerza física del macho), de la cintura (el punto más fino, más débil, más típicamente femenino) hacia arriba en expansión –en hombrera. Qué es lo que se mueve, de la cintura para arriba –es la exhibición del anchor, la potencia: la hombrera. La segunda guerra mundial como campo de concentración de lo masculino en la dama. La hombrera le aporta otra sonoridad a la voz; la voz ya es capaz de hacer sonar una amenaza sin jueguitos pasivo-agresivos (más clásicamente tuberculosos, más del lado de la debilidad y la manipulación desleal). Marlene Dietrich vestida de marino cantándole a John Wayne, en Seven Sinners, 1940; Lauren Bacall enseñándole a silbar a Bogart en To Have and Have Not, 1944.
Tuesday, July 1, 2008
la bestia e il sovrano
Non cesseremo di tentare di pensare questo divenir-bestia
questo divenir-animaledi un sovrano che è prima di tutto capo guerriero
e si pone como sovrano o come animale di fronte al nemico
egli è instituito in quanto sovrano dalla possibilità
da questa ostilità in cui Carl Schmitt pretendeva la possibilità stessa del sovrano
della decisione e eccezione sovrane.
questo divenir-animaledi un sovrano che è prima di tutto capo guerriero
e si pone como sovrano o come animale di fronte al nemico
egli è instituito in quanto sovrano dalla possibilità
da questa ostilità in cui Carl Schmitt pretendeva la possibilità stessa del sovrano
della decisione e eccezione sovrane.
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