Siniestro total

En Madrid, durante la promoción de Las teorías salvajes, vino a entrevistarme un tipo, un tal Oscar Peyrou, que dijo trabajar para pequeños medios de Valencia. Cuando entró en mi cuarto de hotel (abajo, en el bar que da a la Plaza Santa Ana, los obreros rompían la calle, lo cual no ayudaba a mi migraña) el tal Oscar Peyrou me dijo que había militado en la Guardia Restauradora Nacional (la ultraderecha nacionalista), en Erp y en Montoneros, sucesivamente. Dijo que le interesaba de mi libro que reflejaba cómo en esos años "se trataba de aventura, no de política", porque sólo esa explicación podía dar cuenta de un recorrido como el suyo. Después empezó a contarme sus visitas a los grupos antiguerrilleros organizados por franceses de la OAS, y entonces, sin que se diera cuenta, prendí el grabador; como el supuesto periodista no tenía grabador, ni tomaba notas, entendí que más que a entrevistarme había venido a contarme su historia siniestra. En un blog con fama de execrable, este ex fascista + ex guerrillero Oscar Peyrou ha escrito un retrato de mi persona como una especie de diva malísima: quisiera, por favor, que la dulzura de mi voz entrevistándolo a él no empañe este retrato tan apropiado para una golpeadora de niños; de más agregar que, en mi iniquidad absoluta de ser una autora novel de 32 años que los lleva a compararme con HITLER Y KIRCHNER, estoy acariciando la posibilidad de adoptar un pequeño con retraso mental (para pegarle, claro) y ponerle Quintín.
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