El rey no ha muerto

quisiera cantar todos los hits del enorme Sandro en un super karaoke bailaoke en homenaje permanente al Elvis de Latinoamérica morocha. este evento de la muerte física, que sólo lo proyecta hacia la eternidad, me hace comprender qué vivar en el bicentenario 2010. queridísimas bolleras mías de brandon gay day, ¡se los he venido implorando! pueden dejarnos todo en manos de die trerotola y moi... :D cantemos con Sandro, que el rey no ha muerto, vive le roi.

cuando cursaba en el conservatorio, a los 19, fuimos con una amiga de violín a ver al Rey al Gran Rex. nos llevamos unas bombachas extra para tirárselas, como se acostumbra en las saturnalias sándricas, pero como teníamos butacas de la peor calaña sólo podíamos soñar con ponérselas de vincha a la infinidad de señoras que aullaban enardecidas. fue mágico; a la salida me topé con el policía, que ahora no llevaba gorra y uniforme, sino un traje oscuro brilloso, que me había descubierto a dos cuadras de Zivals extrayendo muy contenta "así habló zarathustra" del forro interior de mi abrigo de piel, y como me puse roja cuando me interpeló, me hizo regresar a devolverlo, cosa que hice tranquilamente porque el libro era digno de cometer delitos por él. de traje y con ternura en los ojos, el policía me dijo: así que te gusta sandro? si sabía no te hacía devolver el libro!
acá Sandro, en una extraña recaída en la fiebre 70s del bigote montonero: