Wednesday, March 31, 2010

El birreinato del río de la plata

Hay, en la muestra fotográfica ¿Qué es un autor?, de Paola Cortés Rocca y Sebastián Freire, una peligrosidad suntuosa de estar en el backstage de Dinastía. Allí conviven las dos reinas absolutas de la crítica literaria argentina: Josefina Ludmer, sexy, mítica, con un pelo salvaje y un aire sorprendente a Noemí Alan, y Beatriz Sarlo, misteriosa, elegantísima, con ESCOTE y perlas que recuerda a la mismísima Cristel Carrington o a Amalita Fortabat. Una que abraza la literatura-realidad, que organiza teorías ávidas sobre las economías representacionales del avant garde y fue la figura crucial de la "universidad de la catacumbas" durante la dictadura; otra que viene de la más encumbrada aristocracia marxista de Raymond Williams, que es tan adorada como temida, y es la última intelectual orgánica à la XX siecle. Aunque la muestra tenga lugar en una galería pequeñita y super chic de Palermo Manhattan, ellas reinan sobre toda la extensión del Birreinato que, en un país ficcional como Argentina, es la totalidad del espacio y el tiempo. Por su parte Fogwill -que vendría a ser Blake- blandió su propio cetro y posó completamente desnudo para Freire. No se pierdan a Piglia, a la potente Gabriela Cabezón Cámara, a Mario Bellatin -que es argentino-, a Alan Pauls contorneado perfecto como en sus párrafos. ¡La foto más tierna es la del mago de las palabras Arturo Carrera!!
Bulnes 2705 -lun a vier de 3pm a 8pm

POST EDIT: Beatriz hoy en La Nación, analizando La pesadilla circular

POST EDIT 2: dicen que firma como Martín Kohan, pero yo creo que se trata de Steve McQueen...

3 comments:

_ said...

Si sólo juzgo por estas dos fotos puedo decir que un modelo de moda debe trabajar la postura y los modelos de cultura deben trabajar la mirada.

Si se dan los dos casos en una misma persona el trabajo es el doble.

Pero eso es raro. No se da. Aunque si ocurre se convierte en algo único. ¿no?

Pola said...

nice p0int

Roque said...

Siguiendo la línea de reflexión de Hernán, pienso que si algo así como un "modelo de cultura" existiese quizás más que doble debería ser -cuanto menos- cuádruple, siguiendo la inspiración lacaniana de los objetos "plus de goce": mirada, voz, seno y heces. Es decir, capaz de dar cuenta de los procesos de subjetivación que en el seno de la cultura pivotean sobre esos objetos irreductibles a lo simbólico.