Garagelab y el giro informático de la biología

el viernes 4 asistí a la primera edición de Garagelab, un espacio de innovación muy original y terriblemente ambicioso en sus miras. la primera reunión consistió de 4 demostraciones de investigaciones, problemas y herramientas, y un punto de partida delicioso: que la biología está llegando a una etapa en la que deja de ser ingeniería reversa para tornarse ingeniería positiva: la posibilidad de construir a partir de unidades biológicas.
en la primera demo, bajo el geñal título de Micro Farma en Mini humanos, el joven doctor Sergio Simonetta presentaba su estrategia para trackear el comportamiento de animalitos microscópicos que permiten modelar enfermedades y probar nuevos fármacos.
en la segunda, Cecilia von Cawemberghe y Gastón Corti explicaron sus microreactores implantables, que permiten cultivar adentro del cuerpo productos que le sirvan, como por ejemplo generar insulina para diabéticos.
lo que más me atrae de Garagelab es que es una acción pionera que busca cambiar el paradigma actual de la actividad intelectual, que desde la construcción de la bomba atómica viene intensificando un modelo de compartimentación de los saberes que no se tocan ni colaboran entre sí, modelo cuyo límite cognoscitivo es cada vez más palpable. El plan de Garagelab es noble y maravilloso: producir el cruce entre informática y biología, entre mentalidad de negocios y ciencia, entre expertise en ingeniería reversa y en ingeniería positiva, la informática y el pensamiento artístico, y ponerlos a trabajar para resolver problemas juntos. según EK, la biología está en una fase muy similar a la que alcanzó la electrónica a fines de los 50s con la creación del transistor: el momento en que la electrónica deja de ser un asunto de físicos trabajando con materiales y se convierte en una disciplina ingenieril. la biología deviene una teoría de la información, y esto tiene consecuencias sumamente divertidas: desde la posibilidad de hacer biología sintética de manera amateur, a posibilidades abiertas para la ciencia de garage, a hackear materia viva.



A la izquierda, jóvenes y penetrantes biólogas discuten las posibilidades. La próxima reunión de Garagelab --me adelantan en secreto ;)--- será de conexiones e interfaces entre neurofisiología e informática.