por Pola Oloixarac desde Silicon Valley, para América Economía
Es probable que nunca haya habido tantos chilenos y argentinos juntos en un edificio que alguna vez perteneció a la NASA, en esta Tierra Santa de la tecnología que es Silicon Valley. Pero eso fue lo que ocurrió en Patagonia 2.0, el evento organizado por el Instituto de Tecnología Girvan en abril pasado. Allí, los pósters de astronautas sonrientes convivieron por un día con jóvenes entrepreneurs y cerebros futuristas del Cono Sur. Oficina de la agencia espacial devenida en incubadora de tecnología, Girvan organizó un primer acercamiento a una región típicamente fuera del radar de la innovación tecnológica como América Latina. Y todo apunta a que, para abrir el talento “tech” latinoamericano a los negocios globales, la clave es ser una compañía híbrida. “Creemos que este modelo puede ser crucial para desarrollar la tecnología en la región” sostiene Evan Epstein, chileno graduado en Stanford y quien –como Chief Operating Officer de Girvan– convocó a Patagonia 2.0.
Los modelos de empresas híbridas tienen una buena oportunidad de convertirse en la estrategia sinequanon de aquellos que persiguen el Grial de la economía de conocimiento. Las empresas híbridas se caracterizan por radicar management y ventas en EE.UU. (foco del mercado, hogar de los inversores), manteniendo a los ingenieros dedicados a desarrollo e investigación en el país de origen. Las ventajas económicas de mantener el back-end en el Cono Sur, son claras. La primera, es la disponibilidad de ingenieros y diseñadores del Cono Sur. Sólo en Argentina hay más de 30.000 ingenieros informáticos y sus costos de contratación son más bajos entre un tercio y un quinto de lo que valen en EE.UU. “La competencia por cerebros es mucho menor en Argentina, y eso nos da la posibilidad de construir equipos de primer nivel”, dice el argentino Santiago Siri, fundador de la firma de Internet Popego, quien busca busca capitalizar su ingeniería criolla en Silicon Valley. Para ello mantiene un pequeño ejército de ingenieros trabajando, desde octubre de 2007, en el último apellido que se le agrega al multiforme barrio de Palermo de Buenos Aires: “Palermo Valley”, guiño entusiasta a la concentración de empresas de software que opera en esa zona la capital argentina.
Otro factor que ayuda a esta ecuación es la dificultad para conseguir ingenieros en Silicon Valley, que no da abasto con la demanda, y dónde muchas empresas no pueden importar los cerebros que necesitan debido a las restricciones inmigratorias. Como señala el profesor de Stanford Business School Henry Rowen, que recibió a los entrepreneurs de Patagonia2.0 en Stanford, “EEUU deberá revisar su política de inmigración, o sucumbir al predominio tecnológico de China e India.”
Para los empresarios de estas compañías tiene más sentido armar su propia estructura de ingeniería y diseño en un mercado como el argentino o el chileno, antes que subcontratar las horas hombres como lo hace el off-shoring tradicional. La razón es que sus propuestas son de mayor valor agregado y por tanto quieren un compromiso mayor en el desarrollo y actualización de producto que podría dar una compañía externa. Por ello, las compañías híbridas como ya le empiezan a llamar los inversionistas de riesgo en San Francisco, buscan involucrar a sus trabajadores en las decisiones estratégicas, diseñan planes de carrera a largo plazo, y dan opciones de participar en el capital accionario de la empresa. Es lo que hace, por ejemplo, Core Security Technologies, compañía de seguridad informática fundada en 1996 por argentinos, tiene una facturación anual de US$ 20 millones, con 45 empleados en Boston y 100 en Buenos Aires.
Hoy, la sede favorita en EE.UU. para las empresas híbridas es California, especialmente lo que se conoce como el Valle del Silicio. ¿Por qué no la tradicional Miami, como lo fue en el boom de los 90? “Aquí está el networking”, dice el sueco-chileno Oskar Hjertonsson, fundador de la empresa chilena Needish. “Nosotros les brindamos contactos con fondos de VC, y también facilidades para instalar sus oficinas aquí”, dice, Epsteain, de Girvan.
No obstante, para los latinoamericanos aún hay desafíos grandes para que esto se transforme en una tendencia masiva. Para empezar, deben demostrar que no son extraterrestres (o extramercado) y que su tecnología puede competir bien con aquella generada en mercados más tradicionales. Una técnica para vencer esto es conseguir inversores locales en Silicon Valley. Es lo que han conseguido hacer algunos de los emblemas híbridos latinoamericanos. La compañía de videojuegos Wanako, fundada en Chile por Esteban Sosnik y Wenceslao Casares (con desarrollo en Santiago, management en Nueva York y ahora en Los Angeles), fue adquirida por Vivendi en 2007. Fuego Technologies, compañía de software enfocada en procesos de gerenciamiento de negocios, fundada por el argentino Félix Racca, fue vendida en US$ 87 millones en 2006. Con apuestas de altísimo valor agregado, estas empresas han dado los primeros pasos para ubicar Latinoamérica en el mapa de la tecnología. Y sin un modelo como el híbrido, lo más probable es que hubieran encontrado topes de crecimiento mucho más bajos.
Un buen ejemplo extrarregional es Zoho, compañía con desarrollo en India y management en Silicon Valley que ha creado un producto que busca competir nada menos que con Microsoft y Google. Se trata de un representante de la uneva tendencia de India, paraíso mundial de los centros off shore de tecnología, donde ya se puede observar la emergencia de un polo de desarrollo que apuesta cada vez más a crear software de diseño propio para comercializar globalmente.
Patagonia 2.0 sirvió de nave nodriza para un puñado de empresas que son claros exponentes del modelo señalado. Allí, explorando cada una las posibilidades de la denominada “web2.0” desde un ángulo original, compañías como las chilenas Bligoo, Zetacorp Networks, Reactor, Meeting, Gaaper y Metrik (la mayoría de visita en Silicon Valley gracias a la ayuda de CORFO, organismo de fomento empresarial de Chile) presentaron sus visiones ante dos VCs de Silicon Valley con fuertes conexiones latinas: el argentino Alex Méndez (Storm Ventures) y el mexicano Sergio Monsalve (Norwest Venture Partners).
Needish, otra de las compañías invitadas, avanza precozmente en el terreno de las híbridas. Abrió en marzo oficinas en Palo Alto, el corazón de Silicon Valley, manteniendo un cuerpo de 10 ingenieros en Santiago. Fundada por el sueco Oskar Hjertonsson y el chileno Daniel Undurraga, Needish ha conseguido US$ 650.000 de inversores ángeles en dos rondas sucesivas de la mano de Wenceslao Casares. Conforme a su carácter angelical, Casares (que también es director de la compañía) les ha prestado espacio en su cómoda oficina en California; mientras que Hjertonsson, el CEO de 28 años, economiza su estadía compartiendo un departamento con dos chicas (paga mil dólares la habitación).
Para Needish (que combina una red social con generación de leads: los usuarios publican lo que necesitan, desde apartamentos hasta abrazos o novias, y su servicio vincula esas necesidades con ofertas de empresas) el modelo de negocios requiere uso intensivo de comunicaciones gratuitas. “En Needish, históricamente, el medio de comunicación ha sido el chat, sobre todo skype”, comenta Hjertonsson. Por ahora los empleados son todos chilenos, pero a fin de año la compañía planea reclutar estadounidenses para marketing y desarrollo de negocios. Para Hjertonsson, sueco de nacimiento, pero chileno por elección, ser una compañía híbrida ha sido clave: “A pesar de estar lejos, nuestros ingenieros tienen puesta la camiseta de la compañía, y eso es fundamental”, dice el sueco-chileno.
Una historia similar es la de Popego. Con una inversión inicial de US$ 250.000, liderada por la argentina Aconcagua Ventures, fusiona el contenido público de la web con herramientas de análisis semántico, permitiendo que la información que ahora tiene Amazon o Flickr de un usuario se combine con el resto de los servicios de ese usuario. Es ambicioso: confiado en el poder de su tecnología made in Argentina, el desafío de Siri es “convertir a Popego en la próxima interfaz de la web”.
Otras iniciativas híbridas despiertan en distintos puntos de Latinoamérica, como es el caso de la mexicana Techba, incubadora del gobierno mexicano dedicada a convertir las compañías de tecnología en negocios globales, con redes de innovación tendidas no sólo en Silicon Valley, sino también en Austin, Montreal y Madrid (según el tipo de tecnología y la alianza estratégica que ésta requiere para llegar a su mercado).
Quizás, 2008 sea el año más crítico para las empresas enfocadas en Internet (y no sólo para las híbridas), con el fantasma de la recesión norteamericana y los rumores de una “segunda burbuja de internet” a punto de explotar. Pero, para los latinoamericanos, riesgo e incertidumbre no son sensaciones extranjeras. “Haber crecido en estos países, explica, hace a los entrepreneurs más resistentes e ingeniosos, porque están más acostumbrados al riesgo”, dice el argentgino Alex Méndez, gerente general de Storm Ventures, un fondo de US$ 500 millones, basado en Menlo Park, California.
Hace 15 años nadie hablaba de China e India. ¿Hablaremos en 15 años de Latinoamérica como nuevo polo de innovación? Según Sergio Monsalve, de Norwest Venture Partners, “el desafío fundamental es construir un ecosistema de empresas de tecnología en América Latina”. Conocedor del modelo híbrido (Norwest, que maneja US$ 580 millones, tiene inversiones en China, India e Israel), el inversor está explorando co-invertir con un fondo local en una empresa latinoamericana, como primer paso para empezar a invertir en la región. Y ha visto con entusiasmo las presentaciones de Patagonia2.0, quizás el primer capítulo de una alborada latina enfocada en crear valor e innovación.
Epstein comparte el optimismo. “Esperamos poder contribuir cada vez más al desarrollo de las start-ups híbridas de Latinoamérica”, dice. “El potencial es gigantesco, ya que puede ayudar a cambiar las economías de los países de la región.”
5 comments:
estas on line right now polita!!! casi te huelo!!!! jajaajajaajajjjajajjaaj
besos
siiiii jaajajajajj y de hecho explayándome en tu blog!! jajajaja
PUCHA¡¡¡¡¡¡
era así:
Fundada por el sueco Oskar Hjertonsson y el chileno Daniel Undurraga, Needish ha conseguido US$ 650.000 de inversores ángeles en dos rondas sucesivas de la mano de Wenceslao Casares. Conforme a su carácter angelical, Casares (que también es director de la compañía) les ha prestado espacio en su cómoda oficina en California.. ME ENCANTA
http://www.textually.org/textually/archives/images/set3/beauty_geek3.jpg
y más: ya viene siendo hora de que una se haga cargo de esta situación.. está tan claro que PORNO se la quiere comer a la pola
aajjajajaa lo habia visto a ese modelo de pant, con teclado incoporado, pure genious
me parece q a porno le gusta comer algo que yo, alas!, no puedo proveer :P
Post a Comment