Carta de Pablo a Sergio en la cárcel
Sergio, Padre, hombre-niño, protector, hermano. No te doblegues. Aunque los embates continúen, aunque te roben las esperanzas, aunque te odien y te cubran de oprobio, levántate y sigue luchando.
Quijote de siglo Veinte, profeta del espacio: no aceptes el rol de mártir. Nadie valorará la nobleza
de tu gesto.
En mis palabras encontrarás la clave para resistir; ¿no es así, hermano? Sergio, te necesito. Como tantas otras veces, cuando me segaba el abatimiento y apenas me
defendía con lágrimas.
Yo, Sergio, solamente sabiendo que estás, que podés ver las mismas estrellas que yo veo (aun detrás de las rejas) me siento más fuerte.
Sergio, hermano: no guardes rencor a los hombres, aunque ellos nunca te perdonen. Es que hay algo que los hombres intuyen y no toleran: que sos un hombre puro.
Sergio, hasta el más profundo de los precipicios llega alguna vez la luz. El mundo seguirá rodando y los acontecimientos que se avecinan tal vez lo convulsionen tan violentamente, que habrá cambios inauditos. ¿Sabés qué, a pesar de todo, sigo conversando con vos? Es muy fácil: imagino preguntas y respuestas, improviso monólogos y actúo haciendo los dos personajes: Sergio y Pablo.
Cuando yo era un niño y alguien me hacía un daño, lo amenazaba inmediatamente: “Mirá que se lo cuento a mi hermano mayor”. En estos momentos, cuántas cosas te contaría...
He pedido verte, he implorado: “Déjenme ver a Sergio”. Nada más que eso: verte, hermano. Aunque fuese de lejos. La respuesta fue negativa. Creo que se trata de impedir “que los hermanos se comuniquen algo importante, relacionado con el juicio”. Las palaras, entre vos y yo, son gastadas herramientas. Es otra mi ansiedad: la de saber que vivís, que estás. No me importa si estás erguido y fuerte, si has envejecido o estás muy abatido. Una mirada, nada más. Pero hay quienes tienen el corazón sellado.
Hermano, si de pronto seas vos, precisamente vos, quien cae en el pozo de la angustia, te digo yo, tu hermano menor moverá cielo y tierra para estar a tu lado.
Yo tendré la fortaleza que a vos te falte.
4 comments:
que espanto. cualquier ficción no se acerca en absoluto a esta realidad
Recuerdo haber leído esta carta en s momento. Un horror.
"Yo, solamente sabiendo que estás, que podés ver las mismas estrellas que yo veo, me siento más fuerte." La verdad, no está nada mal (fuerte para qué, es otra historia).
¡¡¡Que lindo encontrar mujeres a quienes admirar fuertemente!!!
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