El miércoles fue la presentación de
Los Topos, la estupenda novela de Félix Bruzzone. En un clima de mucha alegría, en tonos que variaron entre la emoción y el recogimiento, se habló con fascinación de Félix y su escritura, de cómo ambos juegan con el drama político-personal más allá de las convenciones y a contrapelo del discurso hegemónico de los 70s. Elsa Druccaroff hizo una presentación buenísima y luego Nicolás Prividera leyó un texto geñal sobre este acontecimiento en nuestras letras que es el trabajo de Félix. También leyó un chico de gorrita, de corte más personal; los tres textos se relacionaron entre sí como espejos mutantes. Un alto mando de la peronología me comentó por lo bajo:
estos chicos hijos de desaparecidos son un balazo, muchísimo nivel. Luego, tomándonos a todos por sorpresa (y, ejem, x rehenes), Félix agarró el micrófono, un joven calvo enchufó un organito, y tocaron temas de Virus. Troco los signos d exclamación de mi sorpresa por una parte de la letra:
Encontrarte en algún lugar
aunque sea muy tarde
Acá Félix, amigo y abuela, cancionero en mano:
Virus: una generación.
Imbaggio Elsa (en vestidito rouge fatal); Nicolás y Félix, en campechano chaleco y bigotito Robin Hood.
4 comments:
el muchacho que leyó algo más personal: pablo ali
el jóven calvo que acompañó a bruzzone en teclado: marcelo ezquiaga.
pero bien por la mini crónica!
salud!
Esta estética de la foto mal sacada que propone tu blog ya me está cayendo simpática.
Cómo te envidio la remera de Pitufo Filósofo.
me gustó lo de los rehenes, je
aslto con rehenes, podría llamarse el post
besos!!
jeje sí mucho mejor, ahi lo cambié
bisouu
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