Estos son algunos looks de su última colección pret-a-porter presentada en el Palais de Tokio, París:
Algunas de sus búsquedas más arriesgadas (donde Rucci se separa de las conjeturas estilísticas de las señoras que almuerzan, el grueso GCU de su público) contienen referencias ideológicas. El uso de la piel de gorila, los toques pro-chinos y la evocación de las plumas destrozadas del angel caído (derecha, abajo) parecen acercarlo al “todo vale” popularizado por John Galliano:
Atrás quedaron los tiempos donde el nombre Rucci era otra hipóstasis de “Galletita Express”. Exiliado en París como tantos otros hombres de su tiempo, Rucci no se contentó jamás con el look polera existencialista, Galouises y bigote que prolifera jerga revolucionaria de sus contemporáneos. Fue a por más. La suya es una revolución serena, estilística, aplaudida por un gineceo de mediana edad que disfruta de las formas clásicas y el lujo en la manufactura.
Chapeau, Monsieur Rucci!!!
3 comments:
OK you convinced me... I'm gonna throw out all my gorilla fur dresses....from now on I'll stick to latex...
oh darling, don't throw them out! let us adopt them, poor babes ;)
or we could drop them off at the zoo
hey thanks for the link babe :)
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