hoy aprendí que si dejo la lengua como si fuera un pedazo de tela contra la dentadura inferior y levanto ambas cejas dejando el cuello curvo hacia adelante como si tuviera adentro un cisne, de musculatura quietísima, lo único que tengo que hacer es mantener la imagen mental de mi ombligo hacia afuera como un plumón, y puedo cantar mis schubert y brahms copertissimos y livianos, cual si la partitura = mi lago
mozart, es otro animalito.